El embarazo
constituye una de las etapas más importantes en la vida de una mujer.
Desde el momento en que ocurre la fecundación, muchos cambios se producen en su
cuerpo.
Aunado a esos cambios fisiológicos se originan también alteraciones en la boca de la embarazada.
Que si bien es cierto no ponen en riesgo aparente el producto de su concepción, sí alteran la salud bucal de la gestantes.
Aunado a esos cambios fisiológicos se originan también alteraciones en la boca de la embarazada.
Que si bien es cierto no ponen en riesgo aparente el producto de su concepción, sí alteran la salud bucal de la gestantes.
Los cambios en
la producción salival, flora bucal, dieta, entre otros, constituyen factores
capaces de producirlas.
Hay cambios en
los modos y estilos de vida, aunque de ninguna manera puede hacerse extensivo a
todas las embarazadas.
Los cambios en
los hábitos alimenticios son evidentes, la dieta cariogénica en alta frecuencia
comienza a cobrar un papel principal en relación con los restantes alimentos,
lo que constituye el sustrato para la bacteria.
El embarazo es
un periodo muy especial en el cual se presentan necesidades específicas que nos
obligan a tomar cuidados extras para el mantenimiento de la salud bucal.
Esto se traduce
en Buena Higiene y Buena Nutrición; ambas medidas son fundamentales para
prevenir problemas bucales.
A nivel de la
cavidad bucal, las gestantes pueden verse afectadas por alteraciones
específicas y muy características, tales como: la gingivitis y la enfermedad
periodontal.
Que guardan una
estrecha relación con los diferentes cambios hormonales, dietéticos y la
respuesta inmune en la embarazada.
El proceso de
calcificación de algunos dientes de su futuro hijo, comienza entre el tercer y
el sexto mes de embarazo.
Durante este
periodo, es muy importante que los nutrientes, especialmente las vitaminas A,
D, C, Calcio y Fósforo, sean consumidos en cantidades suficientes.
Cuando la madre
ingiere una dieta balanceada, tanto ella como el bebe en formación, recibirán
cantidades correctas de los nutrientes que son necesarios para la buena
alimentación de ambos.
Durante el
embarazo aumenta la acidez de la cavidad bucal, por lo que los dientes
requieren de un cuidado especial, con el fin de evitar su desmineralización y
la aparición de caries.
Los alimentos
que contienen azúcares o hidratos de carbono son fácilmente degradados en la
boca.
Tanto por la
acción de una sustancia que contiene la saliva como por las bacterias que
existen en compuestos más sencillos que aumentan la acidez de la cavidad bucal.
Lo que destruye
la integridad del esmalte y puede afectar al resto de los componentes de los
dientes.
Hemos de señalar
que, la gestación no provoca la caída de los dientes, tal y como apunta el
dicho: “cada hijo, un diente menos”.
Sin embargo,
vamos a comentar cómo el embarazo afecta de manera directa al bienestar
buco-dental.
RECOMENDACIONES
GENERALES:
* Llevar a cabo
una alimentación variada y equilibrada.
* Utilizar
enjuagues o dentífricos con flúor.
* Reducir la
cantidad y frecuencia de consumo de azúcar y productos azucarados.
* Cepillar sus dientes mínimo tres veces al día, sobre todo después de las comidas.
* Cepillar sus dientes mínimo tres veces al día, sobre todo después de las comidas.
* Masticar
chicle con Xylitol, porque este reduce la cantidad de bacterias cariogénicas y
por lo tanto la probabilidad de transmisión de dichas bacterias de la madre al
niño, cuando éste ya nació
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