Y la enfermedad periodontal como la inflamación de
los tejidos del diente, resultando
en una resorción del hueso
alveolar con pérdida de los tejidos de sostén alveolar y la mayor causa de
pérdida dentaria en el adulto.
Por
tener la cavidad
oral un medio húmedo
con la temperatura
y unos rangos
de pH específicos es lugar para el desarrollo de múltiples
patologías de origen bacteriano, viral, tumoral, etc.
Sin embargo,
las enfermedades más comunes que se presentan en la cavidad oral son la
caries dental y la enfermedad periodontal.
Estudios
recientes justifican la
importante relación que
existe entre la
enfermedad periodontal y la salud general de los pacientes.
Investigaciones médicas han trabajado firmemente por décadas en identificar
los factores de riesgo para
enfermedades tales como cáncer, enfermedad cardiaca, osteoporosis, etc.
Pero
sólo en los
últimos 5 a
10 años se ha comenzado
a considerar que
existen otros factores de riesgo
diferentes a una mala higiene oral, los cuales pueden predisponer a una persona
a desarrollar enfermedad periodontal severa.
OSTEOPOROSIS Y ENFERMEDAD PERIODONTAL
La osteoporosis y la enfermedad periodontal afecta
a buen número de hombres y mujeres con una incidencia que oscila entre un 5 a
30 % de los adultos.
Entendiendo
la osteoporosis como una enfermedad caracterizada por pérdida y fragilidad de la masa ósea con el consecuente
aumento de riesgo de fractura.
La Osteopenia
como una disminución
en la masa ósea
debido a un
imbalance entre la resorción y la formación ósea que lleva a
osteoporosis.
Recientemente se ha visto su relación y su
prevención con la terapia hormonal de reemplazo.
La
osteoporosis y la
enfermedad periodontal se ha
convertido en un problema de
salud pública, que afecta a un gran número de hombres y mujeres
con una incidencia que va
aumentando directamente con la edad.
Reportes de la literatura concuerdan en que la osteoporosis
generalizada afecta la velocidad de reabsorción y la densidad ósea del maxilar
y la mandíbula.
Investigadores clínicos han sido capaces de
demostrar que es posible disminuir o detener el progreso de la enfermedad
periodontal y reconstruir las estructuras periodontales perdidas con nuevas y
exitosas estrategias de tratamiento.
Los dientes
se unen al alvéolo por haces
de colágena (fibras principales), separadas por tejido conectivo laxo que
contiene vasos sanguíneos y nervio.
Dicho
ligamento funciona como mecanismo de soporte
y fijación dental y se
denomina ligamento periodontal.
La unidad dentoalveolar comprende cemento,
ligamento periodontal y hueso alveolar.
El
ligamento periodontal es
el tejido que
rodea las raíces
dentales y se
une al hueso alveolar.
El cemento es el tejido duro parecido al hueso que
cubre las raíces anatómicas del diente.
El hueso alveolar propiamente dicho es una placa
del hueso compacto que por su imagen radiográfica se denomina lámina dura.
La
función principal de
la unidad dentoalveolar
es el soporte,
adémas de la
formativa, nutritiva y sensitiva.
La función de
soporte consiste en el mantenimiento
y retención del diente;
la formativa es
necesaria para la restitución de
tejidos: cemento, ligamento
periodontal y hueso
alveolar.
A esta función
se vinculan tres
células especializadas cementoblastos, fibroblastos
y osteoblastos.
Los vasos sanguíneos y los nervios se encargan de llevar a cabo las
funciones nutritiva y sensitiva, respectivamente.
Por tanto, el aparato de inserción es el mecanismo
suspensorio dental y actúa como pericemento para mantener la cubierta radicular
y como periostio del hueso alveolar.
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